En los últimos días, ha salido a la luz un preocupante escándalo de corrupción que involucra al presidente de la Fiduprevisora, John Mauricio Marín, y al contratista del software para la salud del magisterio, Jorge Rocha.

Este caso, que pone en jaque la salud de los maestros colombianos, revela cómo las estrechas amistades y los favores personales pueden comprometer la integridad de los servicios públicos, especialmente dentro del gremio docentes desde hace muchos años.

El presidente Gustavo Petro advirtió que el nuevo modelo de salud del magisterio enfrenta serios problemas debido a fallas en el software contratado. Este software, conocido como Horus Health, ha estado direccionando a los maestros hacia los mismos operadores de siempre, en lugar de ofrecer opciones variadas y eficientes.

Detrás de este contrato millonario está John Mauricio Marín, quien ha traído a su círculo cercano de amigotes de Ferrocarriles de Colombia, donde fue director antes de llegar a la Fiduprevisora.

El principal beneficiario de este arreglo es Jorge Rocha, un contratista veterano en el sector público. Rocha ha sido favorecido repetidamente por Marín, ganando contratos lucrativos a lo largo de los años.

En el FOMAG, Rocha obtuvo contratos a través de Red Vital UT, y en Ferrocarriles de Colombia mediante Sumimedical, ambos suyos y con un pésimo servicio de atención médica para los docentes de Antioquia y Chocó.

Ahora Rocha es el dueño de Horus Health, el software cuestionado que ha sido entregado “a dedo” por un valor de más de 45 mil millones de pesos para un periodo de 18 meses ¿Por quién? Por el mismo Marín a quien no le parece poca la ‘ayudita’ que le ha dado a su amigo corrupto durante tantos años y que tiene ‘jodidos’ a los maestros.

LA HISTORIA DE AMISTAD ENTRE MARÍN Y ROCHA

Este patrón de amiguismo no es nuevo. Jorge Rocha ha mantenido una presencia constante en el Ministerio de Educación y el FOMAG, asegurándose el millonario contrato de salud para los maestros en Antioquia y Chocó durante más de 15 años mediante su empresa Red Vital, todo gracias a su amigo cercano Marín (hay que repetirlo varias veces para que no quede duda al respecto).

Con la transición al nuevo modelo de salud, Rocha se reinsertó en el sistema como el dueño del software Horus Health, lo que indica un claro intercambio de favores entre él y Marín.

El impacto de esta corrupción es devastador. El software defectuoso ha causado graves inconvenientes en la atención de salud de los maestros, un servicio vital para una profesión que enfrenta numerosos desafíos.

La entrega de este contrato sin una licitación adecuada y la perpetuación de un círculo de favoritismo subrayan la necesidad urgente de transparencia y rendición de cuentas en la administración pública.

El caso de John Mauricio Marín y Jorge Rocha no solo destaca los problemas sistémicos de corrupción, sino también el costo humano de tales prácticas. La salud de los maestros, quienes desempeñan un rol crucial en la educación y formación de las futuras generaciones, está en riesgo debido a la codicia y los intereses personales de unos pocos.

Es fundamental que el Gobierno Petro tomen medidas decisivas para investigar y sancionar estos actos de corrupción.

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