Para haber obtenido el título de profesional en la madurez de los 53 años, Ernesto Macías Tovar ha podido escalar alto en la vida pública: concejal; diputado; secretario de Gobierno; gobernador encargado del Huila en 103 ocasiones.
Incluso, por poco y es nombrado Comisionado de Televisión, pero las inconsistencias que él mismo escribió en su currículum vitae lo sacaron de la baraja: consignó que había comenzado tres carreras en años anteriores a su grado de bachiller. Visto con sana sospecha, su hoja de vida resultaba un verdadero reto para el sentido común.
Macías quien se ha opuso con virulencia al proceso de Paz, no tuvo problema en ser contratado por quienes representan esa mermelada que condena. En los archivos de la Cámara de Representantes se lee que Macías trabajó desde el 5 de abril de 2011 y hasta el 28 de febrero de 2013 como asistente III del congresista huilense Luis Enrique Dussán López, un liberal que apoya a Santos en las negociaciones con la guerrilla y que, a su vez, aparece como beneficiario del carrusel reeleccionista en 13 contratos de prestación de servicios y en supuestas cuotas burocráticas en el ICA —con un director regional— y en el Banco Agrario —con un cargo en la regional Sur—.
Mientras Macías escribía rabiosas columnas de opinión en El Espectador en contra de Santos y del liberalismo, al mismo tiempo recibía un salario con prestaciones y vacaciones por asesorar, en la Unidad de Trabajo Legislativo de la Cámara, a un congresista untado supuestamente de mermelada.
El gran descubrimiento de Macías es que de mermelada, contratos y puestos está también hecho el mundo, no importa quién lo gobierne. Cómo olvidar las suspicacias que generó un contrato que la RTVC le adjudicó en 2010 al hoy candidato por un valor de 108’460.000 de pesos, con una duración de 11 meses, para asesorarlos en los lineamientos de la programación. O el jugoso puesto en el que designaron a un íntimo amigo, Rubén Silva Gómez, en la Superintendencia de Notariado y Registro.
“El arequipe hablando de mermelada”.