Según un portal de investigación periodística, nueve legisladores cabildearon ante autoridades de Colombia y Estados Unidos para librar de responsabilidad al empresario colombiano Carlos Lizcano en un caso de presuntos sobrecostos en la importación de alimentos para el gobierno de Maduro.
A esta denuncia contra los parlamentarios se sumó a la de Humberto Calderón Berti, quien fue destituido por Guaidó como su embajador en Colombia, quien acusa a representantes del opositor de malversar fondos para atender a 148 militares que desertaron en febrero y se refugiaron en el país vecino.
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Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, opina que Guaidó enfrenta un doble enemigo: Maduro, «beneficiario directo» de la crisis, y los «monstruos internos», rivales en la propia oposición que ya le criticaban la estrategia contra el gobierno socialista.
Ante las denuncias por sospecha de sobornos, el Parlamento investigará a los legisladores señalados, que fueron separados provisionalmente de sus funciones y que ahora acusan a Guaidó de corrupción en el manejo de recursos como presidente encargado.
Aunque estas denuncias no salpican directamente a Juan Guaidó, actual presidente interino de Venezuela, si ha hecho que su reputación y popularidad decaiga.
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