A Carlos Amaya, gobernador de Boyacá, el teatrito se le cayó. En rueda de prensa un tanto “sentimental” el mandatario denunció penalmente al exsenador Rigoberto Barón, por injuria y calumnia, al sostener que él no participa en política ni manipula encuestas.
Pero, los hechos hablan por sí solos, pues documentos presentados por el exsenador, la mañana de este jueves, demostraron que Amaya ordenó y financió un sondeo realizado los primeros meses de este año para medir su imagen ante los boyacenses y de paso conocer la intención de voto a la Gobernación.
Así quedó evidenciado en la ficha técnica del Centro Nacional de Consultoría S.A que dio a conocer Barón, donde se puede leer claramente el nombre de Amaya, quien aparece como el solicitante y financiador de un sondeo realizado vía telefónica entre el 1 al 7 de marzo del presente año.
Ante esto, el primer mandatario en un intento de limpiar su imagen pidió a la encuestadora, que él mismo contrató, redactar un escrito donde dice que no solicita sondeos desde el 01 de enero del 2016.
Lo que si es cierto es que la fecha no coincide, aunado a esto, es bien sabido que existe una especie de pacto entre la encuestadora y el primer mandatario para favorecer a su candidato Ramiro Barragán, aspirante al cargo de gobernador de Boyacá.
Tal vez su denuncia radica en el desempeño que el exsenador ha demostrado como gerente de campaña de Jonatan Sánchez, el más fuerte rival de Barragán.
El miedo quizás de perder la Gobernación lo hace victimizarse ante la población boyacense y mentir descaradamente, pero las pruebas están y con ellas quedó más que demostrado que sí participa en política y contrata encuestadoras.
Solo queda esperar que la Procuraduría General de la República tome cartas en el asunto y se castigue su falta de ética profesional, pues la ley muy claro estipula que ningún funcionario en ejercicio puede hacer parte de la política para favorecer a un candidato.
¡Amanecerá y veremos!