En los últimos años Odebrecht ha causado escándanlos que han llegado a salpicar a muchos políticos. Algunos están siendo investigados, otros privados de la libertad, tal como sucede con el ex senador Plinio Olano que fue acusado por la corte Suprema de Justicia por los delitos de concierto para delinquir, cohecho propio y tráfico de influencias, acusaciones que señalan la mediación que realizó entre Odebrecht y la campaña del ex gobernador Juan Carlos Granados, intervención que cosechó frutos, ya que en el 2012 Granados fue elegido gobernador.

Los intereses de Odebrecht parecían claros, ya que con su elección podrían contar con la adjudicación del contrato de concesión de la vía Duitama, San Gil-Charalá, por un valor aproximado de 350 mil millones. Naturalmente cada uno de los miembros de este trio dinámico de corrupción tendría su buena tajada.

Al parecer las intervenciones del ex senador Olano en las diferentes administraciones de la Gobernación de Boyacá han sido bastante cruciales, o eso pareciese ya que sus alcances han pasado de administración en administración, tal como lo demuestra el apoyo a la campaña del actual Gobernador Carlos Amaya que a cambio le ofreció varias secretarias de la mano del actual representante a la cámara Rodrigo Rojas.

Es tanto el amiguismo de Amaya con el ex senador Olano que una vez entronizado en el poder empezó a pagarle las cuotas a su padrinos político: la dirección Regional del Sena de Boyacá, la lotería de Boyacá y la dirección más cuestionada de todas, la de la corporación COMFABOY, que tiene como líder al amigo íntimo de ambos Freddy García Herreros, quien ha sido sacudido por escándalos de enriquecimiento ilícito y corrupción.

A todas estas una de las preguntas es ¿¬¬¬Que pensaran los habitantes de este departamento respecto a estas alianzas macabras y corruptas del ex senador Olano con el Señor Amaya¬¬¬?, tanta es la sed de poder de estos dos señores que no han logrado disimular cada uno de sus pasos corruptos por la administración actual.

El tinglado no acaba ahí. En tiempos de contienda electoral, en puja por el poder regional, esta dupla de corrupción ya determinó su sucesor, el candidato Ramiro Barragán, quién muestra gran simpatía por la actual administración boyacense cuando afirma en los diferentes periódicos del departamento que su elección beberá del legado de Carlos Amaya – afirmación realmente absurda-¿Sera que se está refiriendo a la cadena alimenticia de corrupción que ha tenido las diferentes administraciones de Boyacá? Cabe analizar que el

Departamento de Boyacá ya está lacerado con las secuela de corrupción, principalmente por estos tres honorables señores que ya le han demostrado al pueblo que los únicos intereses para los que hacen gala son los individuales mientras el bien común de los boyacenses es puesto a un lado.

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