En esta recta final a las elecciones departamentales comienzan a verse los descocidos, sobre todo en la campaña del actual candidato verde, Ramiro Barragán o mejor dicho del gobernador Carlos Amaya, el mismo que tiene la maquinaria gubernamental a disposición del aspirante.
No sólo le ha cedido fotógrafos, periodistas, escoltas, helicópteros, ahora también pone a disposición del poco agraciado candidato Barragán, toda la plataforma de contratista que tienen convenios con la Gobernación.
Lo curioso es que no son contratistas de la región, provienen de la costa colombiana, los mismos que se llevan el presupuesto del departamento, para la tierra consanguínea del gobernador Amaya.
Ya no hay respeto por el pueblo, de forma descarada y sin control alguno, la gobernación haciendo uso de todo su poderío, asume irresponsable y evidentemente los gastos de la campaña de Ramiro Barragán y eso que para muchos, hasta para el mismo candidato, sus ingresos provenían de la venta de envueltos de mazorca.
Lo cierto es que mientras el partido Verde, abusa del poder, los boyacenses se aíslan cada vez más de una campaña poco pensada y básicamente trabajada desde la plataforma económica más grande del Departamento, dónde se dejan ver grandes tarimas, centros de debate abarrotados de adornos y no el interés real y ese encuentro cercano a las comunidades, que es lo que los habitantes de la región esperan, conjuntamente con un plan de gobierno responsable que responda a la necesidades de este pueblo colombiano.