En Tolima, Rubiel Orlando Espinosa es conocido como el abogado de profesión, pero traicionero de ejercicio, ya que su manera de proceder no es la correcta. Le gusta generar caos, violar la confianza de sus clientes y estar metido en escándalos gracias a sus negocios que van en contra de la ley.
La ética no parece identificar a este abogado, pues se ha conocido casos donde Rubiel Orlando Espinosa ha traicionado varios de sus ex-clientes, quienes aseguran sentirse estafados en su buena fe por la desastrosa defensa que este les planteó en algunos casos. Otros más aseguran haber sido extorsionados con la información que este posee sobre ellos.
Recordemos, además, que esta familia se las trae, puesto que en el “Clan Espinosa” se debe resaltar también los pasos y artimañas de Iván Espinosa Jovel, otro de la generación que estafó a Planeación del Tolima.
Era el representante legal de la Sociedad de Acueductos y Alcantarillado y Aseos Aguas del Huila S.A. SEP, cuyo objeto era ejercer la gerencia del plan departamental de agua potable y saneamiento básico por valor de casi 13 mil millones de pesos.
Luego de la suscripción del convenio, hubo algunas irregularidades que fueron advertidas por la Contraloría General de la República, pues dentro encontraron serios problemas de ejecución e información.
Ahora, su otro hijo pretende seguir los pasos de su mejor mentor y continuar su herencia no solo en el escenario político, con su temperamento volátil, traicionero y su palabra venenosa; sino también otras las conductas que dejan mucho que desear y que lo apartan de ser un candidato digno para llegar al concejo de Ibagué.
Recientemente, difunde sus propuestas en materia de infancia, deporte, desempleo y seguridad y ha sido reseñado como el candidato más visible, por lo que muchos se preguntan:
¿Será un delfín político o simplemente un títere de su padre?