Antioquia católica y corrupta

Ideologías de la más diversa índole y muchas religiones proclaman la humildad y la vida austera. Es conocido por muchos uno de los valores capitales de la revolución soviética de 1917: la modestia bolchevique. Los jerarcas rojos no se permitieron lujos excesivos ni para ellos ni para sus familias, sólo hasta muy entrados los años de Stalin al mando del Politburó los hechos de corrupción y excesos destacaron. Simon Sebag Montefiore nos recuerda como en la fiesta en que se celebraba el décimo quinto aniversario de la revolución el recato de los excesos sobresalía y Nadia, esposa de Stalin que un día después perdería la vida, solo por esa vez se permitía lucir un vestido traído de Paris.

Con el beatísimo Padre Francisco a la cabeza de la Iglesia Católica, llegó a la Curia Romana una política de austeridad. Los escarpines rojos de Prada fueron cambiados por unos modestos zapatos negros. El crucifijo de oro que colgaba de los cuellos de los Santos Padres fue cambiado por una cruz de plata, signo de las reformas que Francisco quiso introducir desde el vaticano. El propio nombre Francisco habla ya del seguimiento de San Francisco de Asís famoso por desechar sus riquezas por el seguimiento de la cruz de Cristo y hermanarse con la naturaleza y los más pobres.

Antioquia tiene vocación católica, es bien sabido por el país. Desde la famosa Conferencia Episcopal Medellín 79´, desde la que se reforzaron las bases de la aplicación de la Teología de la Liberación y se emprendieron preceptos para asentar las famosas CEB´S (Comunidades eclesiales de Base), la opción por el hombre fue conducida hacia las periferias de la ciudad llevando educación hacia los emigrados por la violencia, ayudando en la gestión comunitaria y comunal de los tugurios asentados entre las montañas paisas. La Iglesia ha querido ponerse a hombros la cruz de Cristo.
Todo esto es señal de la promoción de la austeridad en la vida, de la humildad con que se pregona el evangelio y del ya conocido modelo de vida católico que se opone a la acrecentación material del mundo de los protestantes como modelo ascético para ganarse el cielo.

Parece que algunos políticos y funcionarios públicos antioqueños hacen caso omiso de las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia. El más reciente y sonado caso de corrupción en la Contraloría General del departamento da cuenta de ello. Las excentricidades por las que fue puesto al descubierto Sergio Zuluaga y la red de corrupción articulada en torno a su gestión hablan de una omisión de los mandatos religiosos. Una lujosa mansión ubicada en las montañas del sur de la ciudad, carros de altísima gama una vida de excentricidades apuntan a la testarudez poco sabia del no seguimiento de la doctrina. El gran problema no es la riqueza sino como se usa. Si se usa para vivir y ayudar en la caridad, no tiene mayor inconveniente. Lo más grave es que la riqueza ni siquiera sea producto del trabajo honrado sino del saqueo de los dineros que puedan mejorar las condiciones de vida de los más pobres. Es lo que pensaría la filosofía de la liberación del destino del erario estatal, el sacar de la pobreza a los más vulnerables.

Con actuaciones como éstas podemos acertar en decir que algunos antioqueños como el Contralor Zuluaga hacen caso omiso a la doctrina de su fe, poco les importa el Paraíso que el Señor tiene preparado para los pobres en el espíritu: sus hijos preferidos. Prefieren hacer cargar a los más pobres con el peso de todas las cruces producto de la mala gestión, el robo de los recursos y la corrupción.

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