Claudia Nayibe López Hernández, una de las personas que disputa la Alcaldía de Bogotá, ha sido cuestionada por sus accionares políticos. Recientemente ha salido a la luz pública la sanción que obtuvo por mal manejo de recursos y ha quedado en evidencia los cambios de opiniones constantes que ha tenido durante su carrera.
La política es dinámica
A sus 49 años, Claudia López es reconocida en la política nacional por un carácter fuerte, alabado por unos y criticado por otros. Más allá de eso, su ideología de centro izquierda la ha llevado a enfrentarse con los partidos políticos tradicionales, distanciándose de sus ideas pero al mismo tiempo siendo incoherente en sus propias visiones.
Cuando se habla de que la política es dinámica se hace referencia a los posibles cambios de opinión, ideología y hasta de partido que puede llegar a realizar un servidor público. Este eufemismo a la conveniencia enmarca a López, quien en su afán ha tomado posturas cambiantes e incoherentes.
Opiniones cambiantes y sanciones ocultas
Es así que, quien fuese contradictora del Polo Democrático en 2015 al punto de tildarlos como corruptos, ahora es una aliada fundamental para dicho movimiento. Exactamente en los pasados comicios electorales para escoger el Alcalde de Bogotá, Claudia López barajeaba entre Rafael Pardo y Enrique Peñalosa, ignorando por completo a Clara López, candidata del Polo.
Este suceso es extraordinario además porque, a pesar de la lucha contra los partidos tradicionales, se decantó por el liberal Rafael Pardo, dejando a su padrino político sin su voto de confianza.
No fue suficiente que Enrique Peñalosa la impulsara como Alcaldesa Local de Santafé o como Directora del Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC), pues adoptó nuevamente otra postura, catalogándolo como una persona sin altura, terco y arrogante.
No obstante, la funcionaria nunca había mencionado su cargo en el IDPAC y mucho menos de la sanción que obtuvo por detrimento patrimonial y por la cual el estado, y no ella, debió responder por más de 103 millones de pesos.
El trampolín de apellido Peñalosa que usó la excandidata a la vicepresidencia le funcionó. Hoy es la Consulta Anticorrupción la soga con la que pretende ascender en las esferas del poder ya que Petro no le funcionó, pero con un carácter voluble, el título de Alcaldesa de Bogotá está cada vez más lejos.